Porque el saber no muere, sino inspira...
¡Oh, musas, despertad ahora! ¡No nos abandonéis aún!

domingo, 31 de enero de 2016

Que sepan


Todo se rompe,
se quiebra.
Fotografía del autor. Xàbia

Hasta los más finos brotes
se rompen,
se quiebran.

Las hondas montañas
se rompen,
se quiebran.

La mar en su orilla
se rompe,
se quiebra.

Así el bello sueño
se rompe,
se quiebra.

jueves, 28 de enero de 2016

Dibujo ciego

Para algunos de nosotros la Tierra es como un lugar despoblado, o bien poblado por seres extraños. La música de las tragaperras, la torre de una moderna iglesia iluminada contra la noche, dos chinitas jugando entre las mesas mientras su madre contempla vídeos en su teléfono, interrumpida de tanto en tanto por los clientes.
  Ella parece muy fuerte. Seria, pequeña, con el pelo como un chico, sin curvas; sus ojos rasgados se ven capaces de resistir cualquier cosa; de haberlo hecho ya antes, desde hace cientos de años... y, de repente, arranca a cantar en rudimentario castellano mientras le sirve a una desconocida su café. 

  ¿Qué nos lleva a algunos a esperar de la vida aquello que no deberíamos? ¿Por qué esa preocupación por el futuro irreal, por qué esa desesperación con que nos aferramos a las cenizas del pasado? ¿Qué es la felicidad, sino la hermana inseparable de la tristeza? No podrían existir la una sin la otra, como no podría haber cielo sin tierra, ni luz sin sombra. Sólo existe la Corriente, y la posibilidad de bailar con ella.

  Envidio la fortaleza de algunos humanos. Son como seres extraños.

Dibujo ciego

domingo, 24 de enero de 2016

El destino del caballero


Carente de húmedo aliento,
fatuo fuego que se consume,
anda perdido el guerrero
sin su roca,
sin su roca.

Cayó el caballo quebrado,
la espada hundida en el fango,
la armadura, oscura y rota,
y su prenda...
¡su prenda!
Quedó con él,
siempre con él.
Bañada en pena




viernes, 8 de enero de 2016

Un gusto a almendras amargas, de Hella S. Hasse


El prefecto que oculta su inseguridad tras su fe en las leyes y en el nuevo dios del Imperio. El poeta que ha de conocer la derrota y la larga caída social para entender. Gente que sobrevive, gente que engaña, gente que se mantiene fiel a sus viejos ideales -o a sus viejos dioses. Un crimen contra el Estado y la religión. Un juicio. Recuerdos no sellados que vuelven con persistencia y figura humana a asaltar existencias que se figuran seguras. La Roma de Honorio y Estilicón, del cristianismo ya alejado de su origen, del ocaso y la decadencia anunciada.

Vista desde el castillo de Saetabis Augusta, hoy Xàtiva (fotografía del autor)

martes, 5 de enero de 2016

Un artista del mundo flotante


  ¿Qué sucede cuando un país que hizo de Ares su referente se encuentra abocado a la transformación por la derrota? ¿Qué conflictos pueden surgir entre aquellos beneficiarios de la vieja política y quienes, ahora, buscan encabezar la nueva?

  Estas desavenencias del Japón de la postguerra son las que Kazuo Ishiguro nos permitirá entrever en suspensión -y con la sutileza que caracteriza a los mejores autores de su género- sobre las respetuosas conversaciones de familiares y amigos, así como a través del trato entre artistas, o entre unos discípulos y su sensei. "Quizá nos equivocamos, pero hicimos lo que creímos correcto bajo aquellas circunstancias", es la defensa que el anciano protagonista esgrime frente a las no siempre veladas críticas que parecen arrojarle las nuevas generaciones.
  Una novela interesante por su contenido antropológico, psicológico e histórico, que sabe alumbrar grandes temas a través de un goteo de recuerdos y suave presente.


Klima Kilbane, A man with a Western-style haircut makes love to a woman in traditional Japanese dress (shunga del período Meiji)