Porque el saber no muere, sino inspira...
¡Oh, musas, despertad ahora! ¡No nos abandonéis aún!

miércoles, 24 de febrero de 2016

La nave (canción)


Barca que viene y que va,
barca que parte y no vuelve;
nave que vela no tiene
nadie la navegará.

Porque esta nave no está,
no está para los viajeros,
gentes que riegan los suelos
heridos de gravedad.

Porque esa barca no está,
no está para los viajeros,
seres de amor y de miedo
que siempre la observarán.

sábado, 20 de febrero de 2016

Sentir y vida

Y allí nacían las ciudades, que resplandecían para luego desaparecer; y los hombres pasaban, se amaban o se mordían la garganta; luego morían. En aquel desierto, nadie, ni él ni su huésped eran nada. Y sin embargo fuera de ese desierto ni uno ni otro, Daru lo sabía, hubieran podido vivir realmente.
 A. Camus, El huésped

 La tristeza es una compañía ingrata, tanto casi como la alegría, y al nivel de la vida misma. Trato de entenderla, de hacerme su compañero y fluir con ella; con la mía y con la de todos, pues la gente exuda su sentir interno en cada momento y lugar. Puedes verlo en sus ojos, en la forma con que dejan caer la mano sobre sus rodillas, en todo. No es fácil el mundo, no es fácil la vida. En la carta de dolores puede tocarte cualquiera, y cada ser hará del suyo su querida Némesis. Mis jóvenes alumnos me recuerdan la inocencia de tiempos de ignorancia feliz, de falta de experiencia con la existencia. Desde luego que ésta es muchas cosas, también placer y buenos momentos, también pasión violenta, dolor físico, valor infundado y fuerzas de flaqueza. No es menos real la risa que el llanto, pero, ¿lo es más? La risa es una rebeldía, la rebeldía, el carnaval, el sinsentido inverso. La risa es sorprendente y mágica, pues por un momento arroja luz de cristal sobre las sombras que nos rodean. Trato de fluir con la risa y con el llanto, trato de encontrar el placer de esta vida, verídico como su horror, pues no podría haber tanto de este último sin su antagonista y contrapeso. Equilibrio, busco el equilibrio nadando entre torrentes turbulentos. Ningún remolino te engullirá si estás dispuesto a flotar. Escucha el piano, siente el violín. Ríe y llora para estar más vivo.


jueves, 11 de febrero de 2016

'Youth'

"Dices que las emociones están sobrevaloradas. Y una mierda. Las emociones son todo lo que tenemos".

Sorrentino lo ha vuelto a hacer. Si ya en La grande bellezza (2013) nos dejó boquiabiertos con el juego perfecto entre guión, fotografía y música, más de aquel espíritu nos ofrece en La juventud (2015), si bien y en mi opinión, esta su última obra tiene un punto algo más dulce.

   Como dice uno de sus personajes, en la vida hay que escoger entre representar -y ser representado por- el horror, o bien saborear el placer de vivir. Ambos factores seguirán estando presentes, eso nunca cambiará; mas, de alguna manera, debemos elegir a qué bando nos acogemos. De eso trata la película, de eso y de la vida, el amor y la caducidad. Es más sencillo verla que expresarla con palabras...
   Y ya sabéis que, casi siempre, la sencilla es la mejor opción.

El actor Paul Dano como Jmmy Tree (imagen desde http://images.movieplayer.it/)

lunes, 8 de febrero de 2016

TV

Medios, los medios, qué medios;
sus medios.
Estamos mal, qué mal, muy mal,
pues somos crédulos, estúpidos, farsantes.
Incluso tú. Incluso yo.
¿Dónde están nuestros cerebros?
¿En qué momento los perdimos?
Chico, ¡ya estamos muertos!
Se miente mucho y se miente mal
pero es que, chico,
¡ya estamos muertos!


miércoles, 3 de febrero de 2016

'Spotlight', un comentario

"Sube a los cerros de las viejas ruinas y paséate a lo largo y a lo ancho; mira las calaveras de los hombres de otros tiempos y del nuestro: ¿cuál de ellos es el malhechor y cuál el amable filántropo?"
  Pertenece este extracto a un texto escrito en acadio en torno al año 1000 a.C, el conocido como "Diálogo pesimista entre un amo y su siervo" (visto en la magnífica obra de Mircea Eliade: Historia de las creencias religiosas, vol. 1). El escrito parece advertirnos sobre la futilidad de las acciones humanas en este mundo, pues los malhechores se ven tan recompensados como los bondadosos -cuando no más- y, puesto que la justicia no existe, podemos darnos todos por perdidos.

  Pues bien, vengo del cine y mi energía contradice, aunque sea en parte, tan pesimista aviso. La película que he podido ver no es otra que Spotlight (2015), de Thomas McCarthy, una historia basada en hechos reales que retrata la enconada lucha de un grupo de periodistas del Boston Globe para destapar, aun con todo en contra, los soterrados casos de abusos a menores por parte de la Iglesia católica en la capital de Massachusetts. 

Figuras votivas sumerias de Tell-Asmar
(desde https://www.studyblue.com)
  ¿Se hizo justicia con las víctimas, marcadas de por vida por dichos abusos? Probablemente no. ¿Pagaron quienes propiciaron con su encubrimiento la extensión en el tiempo y el espacio de estos casos? Tampoco. 
  ¡Está bien! Vayan todos los cráneos para el mismo cementerio ruinoso. Mas, a pesar de todo, uno siente que esos periodistas, haciendo su trabajo, obraron correctamente, aportando algo de justicia al mundo que no la tiene, lanzando su pequeño grito al viento. Se es parte de la solución o del problema. El simple hecho de dar a conocer esos casos fue importante, al margen de que llegasen o no castigos y compensaciones. Las percepciones pueden ser cambiadas, aun gota a gota, y aunque de nada sirva nada mejor será poder decir, hueso entre huesos, aquello de: "al menos lo intenté, sudé y viví por ello; perseguí un propósito, el bueno, el mío".