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lunes, 16 de diciembre de 2013

Sobre la contención de la pasión: un diálogo con Werther

El género humano es una cosa uniforme. La mayor parte de ellos pasan la mayor parte del tiempo trabajando para vivir, y lo poco que les queda de libertad le da tanta angustia, que buscan medios para librarse de ella. ¡Oh, condición del hombre! (Goethe, 1774)

    La no realización nos transforma, nos marchita, nos anula. Vivir en la resignación, alejados, cada día más, de la verdadera esencia de nosotros mismos no puede sino llevarnos a la muerte del ser; de ser, a pesar de que nuestros cuerpos deambulen cual espectros caída la noche, miembros en lúgubre existencia.


    Sólo la Naturaleza tiene una riqueza sin fin, y sólo ella forma al gran artista. Se puede decir mucho a favor de las reglas, aproximadamente lo que se puede decir en alabanza de la sociedad burguesa. Una persona que se forme con arreglo a ellas, nunca producirá nada malo ni de mal gusto, del mismo modo que uno que se deja modelar por las leyes y el decoro, jamás llegará a ser un vecino insoportable ni un malvado notable: pero dígase lo que se quiera, todas las reglas destruyen el verdadero sentimiento de la naturaleza y la auténtica expresión. (Goethe, 1774)


La existencia sin sentirte no es vida, Vida
Los espectros vagan, las calles como mausoleos, sin acordarse de existir
Sin sentir el pálpito, sin mirarse las venas, sin recordar que están vivos
El suelo está mojado, olvidándose de mirar el cielo
Puesto que la lluvia cae, y moja sus caras
Pero no sienten más que frío*

    La convención es un descosido. El canon es control, manipulación. Sí, no tengas miedo, eres original e irrepetible; lo único que sabes es que hoy estás vivo. Cuando nos faltamos a nosotros mismos, nos falta todo. (Goethe, 1774)



* Poema titulado Vida, de Sarah Martínez.

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