He estado en muchos
lugares, he sido muchas personas, de tacones emplumados al barro humedecido, de
dignidades perdidas a mujer de bandera, mujer pantera –o tan sólo una niña
hecha de humo, aliento y miedo–. Las personas vivimos entre sombras, sombras de
nosotros mismos. Aquí no comienza la historia, ni acaba. No es cuento de
fábula, ni metáfora inspiradora.
En la existencia
humana hay grandes momentos para pensar, para caer, para la desintegración más
ínfima. No te salves, no luches, no hagas nada. Siente el miedo en mi mirada,
versos románticos en las uñas, siente los barrotes de tu jaula.
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