El amor, los sueños, los recuerdos, no permanecen en este mundo,
hecho al cálculo, a la cruel política, al escarnio.
Lo eterno se va, mientras lo efímero queda para seguir reinando,
donde un clavo reemplaza a otro en el viejo cementerio del óxido.
No digas que fue un sueño. Claro que lo fue.
Por eso aun vive, por eso perdura;
pero no aquí, sino más allá de la corrupción del tiempo,
a donde miran las pirámides.
Un comentario poético al libro de Terenci Moix.
ResponderEliminarClaro que no se ha de decir que es un sueño, cuando se ha soñado intensamente el mismo. Bello poema paisana :) Te invito a este otro bello poema:
https://www.youtube.com/watch?v=IhFfvVQn6PM
Muchas gracias por tu comentario y por el enlace, Azulplata.
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