Un gato de cartón-piedra se escabulle entre los surcos anchos, huecos y zigzagueantes que hieren la tierra en algún cercano frente de guerra.
Un libro de tapa dura, harto de que nadie lo acaricie, decide humedecerse
de manera espontánea y de dentro afuera. Acto de rebeldía y autoafirmación sin
precedentes, su digno sacrificio sentará el inicio de la revolución que nos
mató a todos.
La gota de sangre desciende por el filo de ese frío hierro buscando
descolgarse y hundirse en la tierra.
Las legiones marchan a derrotar al rebelde Euno. Esta vez quizás lo
consigan.
El expresionista moderno grita lo difícil que es existir aquí. Nacido
esclavo y en Sicilia no habría sido él artista. Puede aventurarse que se habría
sentido más vivo.
Como estudioso de la historia me pregunto de qué manera llamarán en el
futuro al período que ahora abandonamos. Un digno título para una época indigna.
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